Vinomics 

Vinomics… y el no aprender. 

Ayer estuve en la nueva presentación de Vinomics. Vinomics es un compendio de autores de cómic, de novela gráfica si me lo permiten, que durante siete meses nos ofrecen una historia alrededor del vino. Es una gran iniciativa de la DO Catalunya. Ya van por la de su segunda edición, chapeau! Les funciona, gran idea, buena iniciativa y mejor respuesta. Respuesta que se ha visto reflejada en sus análisis, sus newsletters y esas moderneces de medición 2.0 actual. 
Me encanta. Demuestra que el vino se puede adaptar a otro tipo de plataforma. También demuestra lo que la novela gráfica puede aportar, cosa que en Francia ya se conoce de hace tiempo. Pero, poco a poco oigan. Presentación chula, donde la gran mayoría de los autores estuvieron presentes. Mención especial a Gallardo, autor consagrado de dilatada trayectoria. Se descubrió con una vis ácida y mordaz, varias pullas al mundo del vino que muy pocos sabrían encajar. Grande el tipo. Todo transcurrió de una forma distendida y fluida. Hasta incluso la anécdota de la tarde, el cartel censurado. 
Sí, leéis bien, es eso, anecdótico. De ahí mi titular, el no aprender. Hoy leo estos dos titulares en revistas digitales: (Cupatges i Vadevi) Esto mismo es el no aprender. Primero porque no es preocupante dicha censura. Fue el mismo Gallardo quien comentó acerca de un cartel suyo ya censurado. Creo dijo sobre un evento de camareros de Barcelona. Salía una ilustración donde el camarero portaba una cerveza en bandeja. Lo censuraron. Se cambio por un cruasán. Fijaos en los carteles que colocan a cambio. Si se habla de cannabis, pero no sale nada raro. A menos que unos labios os sugieran cosas. Muy probablemente a esta gente les sucedió lo mismo y lo cambiaron por los labios. Vete a saber. Sí, es una tontuna más del ejecutivo del ayuntamiento. Me da igual quien haya hecho esa ley. Tonta, punto. Da igual si es anterior o posterior al actual ejecutivo. Bueno para los titulares no, apuntan directamente a Colau. Dejémoslo. Pero es una ley imbécil que se debe cambiar. Es una ley que origina una polémica anecdótica. Y punto.
Lo que realmente me da pena es que la anécdota pase por encima del proyecto. Por encima de los datos de logro. Por encima de la colaboración estimable de los autores. Vamos, que no aprendemos. Nos gusta más la polémica, da más visibilidad al contenido, aunque el precio a pagar sea dejar en segundo plano al evento. No aprendemos. 
Por si os interesa, os dejo el link a Vinomics. Son geniales, divertidos, serios y fantásticos. Pero ante todo, es una idea encomiable. Comunicar el vino así si, felicidades: 

Vinomics

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