Tú ponle un traje, mocasines y pajarita, que cuando te das la vuelta la cabra tira pal monte. Eso es así aquí, allá y en la china mandarina. Esto pasa en Adega entre os ríos, la bodega que con su padre lleva José Crusat. Como el tipo es majo, dicharachero y harto curioso, pues elabora unos vinos fetén tirando pal naturalismo, que no mineralismo. Es un poco cabra loca, o eso al menos da que respirar su imagen digital en Twitter. De lo poco que he hablado con él eso, suposiciones, pero se le ve buena gente, oigan. La bodega tiene una línea tradicional marcada y otra más radical por así decirlo. Estas son las líneas de los Komokabras y Vulpes Vulpes. Según palabra de José, líneas que se alejan del vino tradicional. En esto que tenemos el Komokabras Lías o como nos gusta decir al pueblo llano, el de las cabras, el verde. Sí, porque existe el amarillo y el naranja, ojito a la cromática.
Komokabras lias es un vino de albariño 100% de la tierra de Barbanza-Iria. Maceración y posterior prensadito suave de la uva. Fermentación en depósitos de inox, digo depósitos porque en uno se hace la maloláctica con lías, pa darle chicha y en el otro no. ¡Eh! Que el tema es controlar. De ahí que te salga el vino como te sale. Con ese amarillo verdoso, pero con una intensidad muy chula. Luminoso. Trae recuerdos cítricos y anisados, del hinojo cortadito, de albaricoques maduritos en la rama y membrillo maduro. El bocado crujiente a una Claudia, la piel del pomelo al arrancarlo, esa esencia impregnada en tus dedos. De flores blancas por el campo, de pimientas, de anisados. Intenso pero corto. Esas lías aportan volumen y menos mal, porque el cuerpo es tan bestia, una acidez tan chisporroteante que sin ella sería un puro vendaval. Portento cítrico. Un vino genial para disfrutar y mucho. Crujiente y frutal.
Corran por el monte si quieren, pero corran a por la cabra verde… o la amarilla, o la naranja.