El Couto

Palomino fino, Palomino o listán o… Una infinidad de nombres. Pero qué queréis que os diga. ¡A mi dádmela a palas! Sí, sí. Indiscutiblemente, si este varietal está cuidado, da unos vinos enormes. ¡Ojo! Quizás es que yo soy un entusiasta. No sólo exclusivo del marco de Jerez o de Huelva y otras zonas del sur. En Canarias y Galicia también se encuentra como en casa. ¡Miren, miren, que adaptabilidad al terreno!
¿Quieren más? Pues este vino que les presento en la foto es El Couto de Pagos de Nona, ¡un vino berziano! Del Bierzo vamos. Para más giro dramático, estos chicos de la bodega trabajan en método natural. ¡Brujería! Aunque esto último es más un riesgo que se asume, una filosofía personal y un dato más.
A mí lo que me pone es este vino, digo vino, vinazo! Pura alegría, chispa, electricidad salvaje que recorre los sentíos. Acidez, frescura, volumen de fruta exótica y algo de justo, medido, milimetrado volumen untuoso, que no vaya a ser eso de perder un ápice eléctrico. Es un flash recorriendo la boca, despertando sensaciones y un gustazo. Amor a primera vista que desviste y te lleva al huerto, arranca con ganas y termina con más. ¡Atentos! Produce adicción y necesidad de hacer acopio en la bodega para posteriores encuentros. Furtivos. Salvajes. Privados.

No os lo pienso compartir en mi casa. Se siente.