Portela do vento 2016

Daterra viticultores y se llena el ambiente de silencio, ese silencio que se acompaña de gestos de complicidad, de unidad, de afirmación. Daterra viticultores es el nombre que a su marca da Laura Lorenzo. Viticultora llamada a poner una pica en Galicia, que ya la ha puesto, y si tenemos suerte algún día, que la convierta en su Priorat. Dicho esto de su propia boca, pero ojo, que a mí no me gusta. Como ejemplo es bueno tener el modelo, pero cada lugar ha de seguir su propia línea, entender su terruño y viñas, para llegar a donde se llegue. En este caso, en Galicia se están haciendo bestias pardas. De entre estas destacan las de esta joven viticultora, creadora de vinos frescos, sutiles, gráciles, elegantes, en fin, vinazos. Vinos que entienden y comprenden la Atlanticidad (si se me permite el palabro) de la zona donde nacen.
Hoy vengo con Portela do vento bajo la piel, porque bajo el brazo era cuando lo compre. Tras beberlo, lo llevo bajo la piel. Si porque las otras veces que lo he probado, me ha parecido un estupendo vino. Ahora meditado en casa, con la compañía adecuada para catar estos vinos, se queda y perdura más en el cuerpo. Vino que se disfruta tanto a copas, con comidas o simplemente por el placer de conocerlo. Mencía por encima de todo y un poco, presencial de Garnacha tintorera. Así que casi un mono varietal de Mencía, por no decir mono varietal. Vino vestido de un intenso violáceo cardenalicio al borde, casi lila, paso que tiñe el balón dejando unas lágrimas lentas. Es la entrada a una tienda de chuches, no moderna, de las de antes. Con los caramelos de lilas, piruletas y algún Kojak, las regalices de Zara, los mentolados de Pictolin, las frutas escarchadas… una delicia. En boca no decepciona, esa juerguilla de frutillos chispeantes, maduritos en su punto justo. El paso es sedoso, bien de acidez, exquisito trago. Me encantan este tipo de vinos que son capaces de distraerte de la cata, porque los disfrutas tanto que pasas casi de analizar, están para beber, para disfrutar. Este precisamente juega entre la diversión y la delicadeza. Las frutas se visten bien entre las flores azules, tanicidad oculta, amplio y largo. Uno de los mejores vinos probados últimamente. Simplemente Genial!