Si se habla de un vino, pues ponemos el nombre y apellidos. Hoy me hubiera gustado titularlo de otra forma, así que allá va:

STEAMPUNK LENTISCUS ROSÉ! 

Steampunk, ese género literario que traspasó fronteras y se asentó en la ilustración, el cómic y el cine. Algunas con sus más y sus menos, pero gozando de una estupenda aceptación por el público en general. El steampunk es un subgénero literario de ciencia ficción. Se sitúa en un punto del pasado para disponer de un futuro alternativo fijado sobre la tecnología existente en la época victoriana. Se dice que empezó en 1980, ya que el término steampunk se acuñó en esa época, pero como soy un polémico y viendo que son claras las referencias a Verne y Wells, pues para mi es más viejuner.

Dicho esto, este vino es eso. Puro steampunk. Sí señores. Un vino que sorprende por todo lo que lo rodea.

Principalmente tenemos que está elaborado con syrah, varietal que va desapareciendo cada vez más del mapa en Cataluña. Esto tiene lógica, si tenemos en cuenta que cada vez se recuperan más castas autóctonas y más arraigadas al terruño. En todo caso, ya tenemos al actor principal. Este varietal está plantado en 2003. Lo que nos establece el punto de partida para esta ucronia vínica.

Lo segundo es el método de elaboración. Más de veinte meses de crianza y rellenado con el mismo vino tras el deguelle. Esto demuestra el cariño que tienen estos elaboradores por su producto. Methode old style o conocido normalmente como método tradicional. Brut Nature comme il faut. Vamos que lo petan mucho.

Lo tercero es que el vino es una bomba. Un espumoso diferente. Se viste de rojo rubí, aunque yo lo veo muy cercano a la sangre. Soy muy de Stoker también. Ascenso coreográfico de burbujas, finas, dinámicas. Dejes de levadura, fruto rojo y violetas. Cierto recuerdo licoroso, el destape de una botella que lleva el fermento de la endrina. Voluptuosa carnosidad con paso fresco. Acidez escandalosa, fresca, limpia, integradísima.

Espumoso que dinamiza y dinamita conceptos. Alegra, sorprende y agrada a partes iguales. Para leer un libro con la tranquilidad que proporcionan una o más copas de este vino.

¡Chapeau!