Altos de San Esteban, edición especial 2010
No puede más que sacarte una sonrisa. Cuando te vuelves un talibán de algo, un hater sin escrúpulos y te dan un zasca pues sonríes, ¡carajo! Esto es lo que me ha pasado con Altos de San Esteban, en esta edición especial 2010. El tema es sencillo. El vino está elaborado con cabernet Sauvignon, varietal plantado en este país para vender exclusivamente a Francia durante varias épocas. Eso es así. Pongáis como os pongáis, la cabernet nunca se adapta a este país. Vale, nunca no. En un 99,9% de los casos. El otro 0,1% y culpable del zasca es esta edición especial de Altos de San Esteban. Por eso me río. Es el vino de Germán Blanco, elaborador inquieto en el Bierzo y la Ribera del Duero, que ahora roza Rioja y ya veremos el futuro. Sonrío porque a Germán lo conozco desde hace un tiempo, y a sus vinos desde hace mucho más. Me cae bien el jodio. Es majo, oigan. Y eso es lo que me jode. Porque yo quería darle cañita con la cabernet, pero el muy cabrito todo lo que hace lo hace bien. Hay que reconocerlo. En esas estamos. Redimiendo mis prejuicios.
He de admitir eso, que compré su vino con cierto recelo, cierto prejuicio, pero en mi defensa diré que no por mi culpa. La culpa la tiene la de centenares de vinos de este varietal, que nunca, nunca sale bien y tiene defectos. Sobre todo esos aromas a pimientos verdes. Dejaos de gilipolleces. Es un defecto, y lo sabéis. Encima lo vendéis como bueno. Así nos va. Pero ahí, el buen chaval este del Germán hace un vino sin defectos. Para colmo casi excelso, fino, elegante. Vamos un vinazo. Y ya paro, porque sino parece algo más que simpatía lo que le tengo. Así que os dejo con mi nota de cata y vosotros decidís.
Vestido de un rojo rubí de capa alta que finaliza en un menisco atejado, atesora lágrima gruesa de lenta caída. Perfumes de especias, bálsamos y un deje ahumado. Flores azules y alcanfor. Ciruelas negras, grosella y casis. El romero al pasar la mano, la semilla del eucalipto y sus hebras marchitas. Té negro. Paso jugoso por boca. Envite a carnes rojas. Fresco y goloso. Versátil en frutas, especias y bálsamos acuden como en la nariz. Tanino pulido. Fluido y divertido. Alumbran las notas de crianza, pero contenidas. Elegante tinto de paso aterciopelado. Largo. Exquisito.
Tres cosas más, estas para ti German. Ahora me toca, callar, claudicar y asentir. Chapeau guaje!
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