Algo se mueve en mi tierra, Catalunya. ¡Ja! Vaya agorero jodío estoy hecho. A ver, fuera bromas. La corriente de nuevos elaboradores lo viene petando y a base de bien. Es el caso de la bodega Loxarel. Bodega a la que sigo desde hace bastante tiempo por sus espumosos y tintos, no tanto por sus básicos o antiguos blancos. Digo antiguos, porque su impulso y la línea que tenían trazada da sus frutos. Sí, es lo que tiene la trazabilidad mental de lo que bebes. Que aprecias cuando algo tiene una cierta sensibilidad, pero debe mejorar en el tiempo. Y lo han hecho con creces. Como es el caso del vino que nos trae aquí, el Loxarel A Pel Blanc, que también existe en tinto y ahora en ancestral. A falta de seguir probando muchas más cosas de esta bodega, esta aparición-irrupción de sus vinos más radicales hace que me ponga palote. Aún no he probado el ancestral, pero ya caerá, ya. A Pel Blanc 2015 es un monovarietal de xarel·lo, fermentado con la raspa y sus pielecicas. All natural, biodinamico, levaduras autóctonas y ánfora de barro. Vamos, ingredientes suficientes para que esta xarel·lo salga espectacular. Lo es. De lo mejorcito hasta la fecha. Para más info, os dejo las notas de cata:
Amarillo membrillo de tonos anaranjados, algo turbio y ceroso. Glicérico en los bordes y de lágrima gruesa. Volátil marcada, con dejes acéticos y ese recuerdo a sidra. Manzana verde, fondo dulzón con recuerdo a plátano y membrillo. Mango maduro, hinojo, flores blancas, pera. Evoca una frescura primaveral en movimiento, con notas dulces.
En boca es pura frescura, con una punta carbónica chispeante. Bocado crujiente de ciruela claudia, reineta y pera Williams, ¡delicioso! Acidez comedida, ojo a la oxidación que empieza a presentar que ya me enamora. Trago largo, salivas, quieres más y lo compras a palets.
Vinos como este son los que ilusionan, los que me gusta compartir con vosotros y me hacen sonreir.